En la Conferencia Bitcoin de 2025 en Las Vegas, el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, pronunció un discurso encendido y apasionado que podría marcar un punto de inflexión histórico en la política financiera digital de Estados Unidos. Si bien los comentarios de Vance celebraron Bitcoin y la comunidad criptográfica estadounidense, también trazaron audazmente una línea entre los enfoques drásticamente diferentes de Estados Unidos y China respecto de la moneda digital y la libertad. "A China no le gusta Bitcoin. Así que tal vez Estados Unidos debería correr hacia él", declaró entre aplausos.
En lo que muchos ya llaman el comienzo de un nuevo tipo de Guerra Fría (que se libra en el ámbito digital de las finanzas), Vance enmarcó a Bitcoin no simplemente como una herramienta financiera, sino como un símbolo de libertad personal, resistencia política e innovación nacional.
Bitcoin versus control autoritario
La tesis central de Vance era clara: si el Partido Comunista Chino teme a Bitcoin, eso por sí solo es razón suficiente para que Estados Unidos lo defienda. Retó a la audiencia a considerar por qué El principal adversario geopolítico de Estados Unidos rechaza Bitcoin. La respuesta, dio a entender, radica en la naturaleza misma de Bitcoin: es descentralizado, resistente a la censura y empodera al individuo. Todas estas son cualidades antitéticas de los regímenes autoritarios.
En palabras de Vance, Bitcoin es "una herramienta contra las malas políticas, independientemente de qué partido las promulgue". Y más que eso, es “un símbolo y motor de libertad personal para el pueblo estadounidense”. Su encuadre del movimiento Bitcoin no sólo como una innovación tecnológica sino como una movimiento de libertad Era a la vez poderoso y estratégico.
De outsider político a defensor de las criptomonedas
El vicepresidente recordó su trayectoria política inicial y recordó que cuando se postuló por primera vez para el Senado en 2022, era uno de los pocos candidatos que realmente poseía Bitcoin. En aquel entonces, la industria de la criptografía carecía de organización política y estaba bajo un ataque sostenido por parte de la administración Biden y de reguladores como el presidente de la SEC, Gary Gensler.
El mensaje de Vance a la comunidad criptográfica fue claro: esos dias terminaron. "Hay un nuevo sheriff en la ciudad", dijo, señalando que la administración Trump ahora ve a la comunidad criptográfica no como una amenaza, sino como un aliado fundamental para dar forma al futuro económico de Estados Unidos.
La Operación Chokepoint 2.0 ha muerto
Uno de los momentos más memorables del discurso fue el contundente elogio de Vance por la “Operación Chokepoint 2.0”, un término utilizado para describir el supuesto esfuerzo sistemático de los reguladores para desbancar a las empresas de cifrado durante los años de Biden. Vance dejó en claro que bajo el liderazgo del presidente Trump, tales políticas no volverían a ocurrir.
"Nunca reprimiremos a su comunidad ni negaremos las contribuciones que están haciendo a la economía", prometió. Esta línea, entre muchas otras, provocó un estruendoso aplauso y confirmó lo que muchos en la sala habían esperado durante mucho tiempo: el gobierno federal finalmente podría estar listo para adoptar, no reprimir, los activos digitales.
Tres prioridades políticas para las criptomonedas
A lo largo del discurso, Vance expuso una hoja de ruta política audaz y estructurada para la agenda de activos digitales de la administración Trump. Estos incluyen:
1. Limpiar el desorden regulatorio
Vance criticó el enfoque regulatorio de “mil recortes” de la administración anterior, que, según él, sofocaba la innovación mediante el acoso legal en lugar de una supervisión productiva. "Estamos desmantelando el desastre que quedó atrás", dijo, refiriéndose al retroceso de las campañas regulatorias hostiles y al despido de figuras clave como Gary Gensler.
2. Aprobación de la Ley del Genio
El vicepresidente abogó firmemente por la Ley de genio, un proyecto de ley propuesto para crear un marco legal claro para las monedas estables. Sostuvo que las monedas estables, en particular las vinculadas al dólar, no amenazan al dólar estadounidense; de hecho, lo refuerzan. "Son un multiplicador del poder económico estadounidense", dijo.
La Ley Genius tiene como objetivo mantener la innovación de las monedas estables en el país reduciendo la incertidumbre regulatoria, haciendo que Estados Unidos sea más competitivo frente a centros financieros globales como Singapur o Dubai.
3. Creación de un marco regulatorio pro-innovación
Finalmente, Vance discutió los planes para construir un “marco regulatorio transparente, personalizado y que respalde la innovación” para los activos digitales. El objetivo es garantizar que las criptomonedas estén completamente integradas en la economía principal y no sean expulsadas del extranjero debido a leyes obsoletas o punitivas.
"Si no definimos una dirección clara", advirtió, "corremos el riesgo de entregar esta industria de 3 billones de dólares a países más amigables con las criptomonedas".
Las criptomonedas como cobertura contra la tiranía
Otro tema poderoso en el discurso fue la idea de Bitcoin como cobertura—no sólo contra la inflación o la mala gestión monetaria, sino contra la persecución política. Vance hizo referencia a las protestas de los camioneros canadienses de 2022, cuando el gobierno congeló las cuentas bancarias de los manifestantes. “Eso puso fin a las protestas en menos de una semana”, dijo siniestramente.
En la visión del mundo de Vance, Bitcoin es un escudo en la era digital: protege a las personas de ser desbancarizadas, desbancarizadas o silenciadas debido a creencias políticas. No se trata sólo de dinero; se trata de libertades civiles.
Rechazar a la élite tecnocrática
Vance también apuntó a una clase élite más amplia: aquellos que, en su opinión, secuestran las tecnologías emergentes no para innovar, sino para control. Advirtió que tanto las elites del sector público como el privado a menudo persiguen el dominio tecnológico no para servir al pueblo, sino para vigilarlo o manipularlo.
"Pero eso no es lo que es Bitcoin, y nunca lo será", dijo Vance. "Y te asegurarás de eso". Sus comentarios marcaron un marcado contraste entre la innovación de abajo hacia arriba y de base, como Bitcoin, y las herramientas de vigilancia de arriba hacia abajo, como las CBDC, que son populares entre gobiernos como el de China.
Estados Unidos contra China: una historia de dos futuros
Quizás el momento geopolíticamente más significativo del discurso se produjo cuando Vance comparó directamente a Estados Unidos y China en la cuestión de las criptomonedas. Sostuvo que la hostilidad de China hacia Bitcoin tiene sus raíces en su deseo de mantener el control sobre sus ciudadanos, especialmente sobre sus finanzas.
Mientras tanto, Estados Unidos—si se mantiene fiel a sus valores fundamentales—debería correr hacia Bitcoin, no lejos de él. "Bitcoin prospera en libertad", dijo Vance. "Se asfixia en la tiranía".
En este marco, Bitcoin se convierte en más que un activo: es un prueba de fuego de carácter nacional. ¿Creemos en empoderar a los individuos o en controlarlos? ¿Confiamos en nuestra gente o en nuestras burocracias?
Un llamado a la acción política
Hacia el final de su discurso, Vance reconoció una dura verdad: la apatía política de las criptomonedas en el pasado las hizo vulnerables. “En aquel entonces, la industria no se organizaba”, dijo, refiriéndose a los años de represión regulatoria. Pero eso está cambiando rápidamente. Políticos como Vance (y otros que mencionó, como Cynthia Lummis y Bernie Moreno) se están uniendo en defensa de las criptomonedas.
Vance instó a la comunidad a mantenerse políticamente comprometida y enfatizó que las políticas y la legislación son ahora campos de batalla críticos para el futuro de las finanzas digitales. Con las elecciones intermedias de 2026 y las elecciones presidenciales de 2028 en el horizonte, las criptomonedas han pasado de ser una cuestión de nicho a convertirse en un pilar central de la política económica nacional.
Conclusión: un momento decisivo
El discurso de J.D. Vance probablemente será recordado como un momento decisivo en el enfoque de Estados Unidos hacia las criptomonedas. Ofreció más que simples tópicos políticos: presentó una visión, una estrategia y un argumento moral de por qué Estados Unidos debe liderar el mundo en innovación financiera digital.
“Bitcoin finalmente encontró un aliado en la Casa Blanca”, dijo, y para millones de estadounidenses, esa declaración puede valer más que un solo Bitcoin.









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